donde el agua es el agua del olvido,
donde el aire es un aire sin sonido
y donde el fuego ya no mueve guerra.
Aquí donde la tierra se destierra,
donde el agua carece de sentido,
donde el aire prefiere estar dormido
y donde el fuego su pasión encierra.
El hombre de mirada pensativa
sustituye las cosas de su casa;
la tierra, con su carne fugitiva,
el aire, con el aire de su aliento,
el agua, con su propio sentimiento,
el fuego, con el fuego que lo abrasa.
Autor: Francisco Luis Bernárdez
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