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martes, 17 de agosto de 2010

El Hombre de Vitruvio

Leonardo Da Vinci se ha caracterizado por ser un personaje que ha sabido sorprendernos a todos con su visión vanguardista en cada una de las ciencias o artes por las que se ha trasladado, y ello lo reconocen hoy en día todos los especialistas en cada materia.

El Hombre de Vitruvio también ha sido considerado como un símbolo de la simetría básica del cuerpo humano, pero además, también como eje central del Universo en su conjunto. Y a pesar de comprenderse exactamente los propósitos de esta obra de Da Vinci, no deja de extrañar su verdadera naturaleza, así como del modelo que sirvió para su concreción.

Este famoso dibujo que se hizo aproximadamente por el año 1492, viene también acompañado de una serie de notas anatómicas, y se encontró trazado en uno de los diarios del reconocido personaje.

vitruvio

En ella podemos apreciar una figura masculina que se encuentra completamente desnuda en dos posiciones que se hallan sobreimpresas una sobre otra -respecto a los brazos y las piernas-, y que además se encuentran dentro de un círculo y un cuadrado.

Según los estudiosos, Da Vinci quiso mostrar las proporciones del cuerpo humano elaboradas sobre la base de un arquitecto de la Roma Antigua llamado Vitruvio, razón por la que el famoso dibujo ha sido designado con su nombre.

Si nos damos cuenta, el cuadrado tiene su centro en los genitales del ser humano dibujado en el papel, mientras que el círculo lo encuentra en el ombligo, con lo que también se establece una relación entre el radio del círculo y el lado del cuadrado llamada razón áurea.

A partir de estas proposiciones, Leonardo Da Vinci establece otras relaciones entre las partes del cuerpo, como por ejemplo, que la altura de un hombre equivale a cuatro antebrazos, que la longitud de los brazos extendidos es igual a su altura, que la distancia del codo al axila es un octavo de la altura de un ser humano, y así muchas otras por el estilo.

Sin embargo, y a pesar de hallarse todas estas proporciones bastante claras, no deja de crearse un halo de extrañeza y de duda sobre el verdadero origen de estos trazos hechos por Da Vinci, así como del verdadero modelo utilizado para su dibujo.

Hace poco se extendió la noticia de que el Hombre de Vitruvio encajaba perfectamente en el personaje de la Sábana Santa de Turín, ya que se sospechaba que el mismo Leonardo podría también ser el autor de este manto.

Fuente: PortalPlanetaSedna.

Imagen: PostersPoint.

http://www.soyesoterica.com/mitos/el-hombre-de-vitruvio.html

¿Existe la inmortalidad?

Desde el momento mismo en el que el hombre se dio cuenta de que era mortal, surgieron sus deseos de vivir para siempre, lo cual lo llevó a intentar diversas maneras, creando a través de los años muchas leyendas que bien podrían indicarnos que algunos seguramente tuvieron algo de éxito.

Unas de las primeras ideas al respecto enunciaban que la sangre de los animales tenían cualidades particulares que podrían ayudar a extender la vida del hombre, por ello se hizo muy común el beberla o el bañarse en ella para adquirir sus divinas facultades.

Más adelante, se comenzó a hablar de la energía vital que todo ser humano poseía consigo, por lo que al alimentarse con ellos seguramente también se adquiría y se sumaba potencialidad energética.

INMORTALIDAD

Conocemos el caso de la condesa rumana, Isabel Bathory, quien se bañaba en la sangre de sus sirvientes y campesinos, a quienes asesinaba para ello, hasta que fue capturada por ello. También podemos comentar el caso que ocurrió durante la época romana, en la que Claudio Hermippus aseguraba haber prolongado su vida hasta los 115 años aspirando el último aliento de chicas jóvenes.

Muchos métodos se intentaron y el hombre empezaba a comprender que ninguno de estos le garantizaba la vida eterna, por eso es que se empezaron a probar métodos bastante extraños con tal de conseguir la inmortalidad anhelada, lo cual también incluía beber raras pócimas con elementos como mandrágoras, cuernos de unicornios, plantas desconocidas, etc.

Algunos, como el Conde Cagliostro, quisieron emular a las orugas que se convierten luego en mariposas, por lo que decidió envolverse en una manta sin comer más que caldo de pollo, todos los días durante un mes, pensando que su cuerpo se regeneraría completamente.

Quizá uno de los casos más conocidos fue el del Conde Saint Germain, de quien muchos aseguraron que vivió cientos de años, pues se supo que estuvo presente en muchos momentos de la historia mundial sin siquiera haber sufrido transformación alguna por envejecimiento o algo similar.

Lo cierto es que a la fecha, la ciencia ha desarrollado algunas alternativas que permiten eliminar las causas que nos envejecen más rápidamente o aquellas que desarrollan alteraciones genéticas que pueden favorecer una vida más extensa. Pero lo cierto, es que a la fecha aún no hay nada concreto.

Fuente: Formarse.

Imagen: LosQueAbandonanOmelas.


http://www.soyesoterica.com/mitos/%C2%BFexiste-la-inmortalidad.html

jueves, 5 de agosto de 2010

LA PAPISA JUANA - UN PAPA EMBARAZADO


Si alguno de ustedes pregunta a un sacerdote o religioso acerca de los hechos que voy a relatar, observará con sorpresa cómo el interlocutor adquiere un curioso tono rojizo y pregunta indignado quién les contó esa vergonzosa mentira anticatólica; seguramente algún ateo, judío, masón o enemigo de la Iglesia. El hecho es que la primera versión surgió de los escritos de un monje dominico, Jean de Mailly, Chronica Universalis Mettensis (1254) seguido de otro dominico, Martín de Opava,. fallecido en 1278 (Chronicon pontificum et imperatorum). Ya en esa época se daba por cierta, y siguió creyéndosela nada menos que hasta el siglo XVI. Casi cuatro siglos. Hasta historiadores católicos, como Platina, la admitieron, aunque con reservas, en la Historia de los Papas. (ver nota al pie) Luego fue cayendo en el descrédito y hoy nos hemos perdido una sabrosa anécdota escandalosa llena de color.
Con tantos años de vida la historia registró algunas variantes, pero en líneas generales, basándonos en los dos venerables monjes citados, dice así:

Nació Juana cerca de Maguncia, hoy ciudad de Alemania, en el año 822. Se dijo después que era hija de Gerberto, un monje predicador inglés, lo que en esa época no escandalizaba a nadie. Ahora tampoco, según van las cosas.

Entre tantas prédicas, y con el ejemplo del papá, la nena le tomó gusto a la ciencia, pero ¡ay!, en el siglo IX las mujeres no debían estudiar; era algo contra la naturaleza y la voluntad de Dios, así que Juanita se tuvo que vestir de hombre e ingresar a los monasterios para poder estudiar. Ejemplar. Pero (cuándo no) hay otra versión. Se dice que Juana, en su temprana adolescencia, se escapó con un joven monje y, para seguirlo, tuvo que disfrazarse de hombre y, de monasterio en monasterio, libro va, libro viene, se fue haciendo toda una intelectual.

Su amante la abandonó, pero ya le había picado el bichito del estudio y, con el nombre de Johannes Anglicus (Juan el inglés) la dama recorrió las principales universidades de Europa, visitó a la emperatriz Teodora en Constantinopla, estudió en Atenas, volvió a Alemania y se trasladó a la corte de Carlos el Calvo, rey de los Francos. Finalmente, a los 26 años se estableció en Roma como docente. Una carrera meteórica y una trotamundos insaciable.

Siempre vestida de hombre (un pecado horrible en esos tiempos) continuó mejorando su curriculum frecuentando a influyentes obispos y cardenales de la Curia. Parece que manejó bien las relaciones públicas porque consiguió ser presentada al papa León IV y enseguida se convirtió en su secretaria para los asuntos internacionales. En el 855 murió el papa y Juana, con 33 años, fue elegida como Benedicto III o Juan VIII (no hay coincidencia sobre esto entre los relatores).

Dos años gobernó Juana a la Iglesia, con general aceptación. Lamentablemente, también se dedicó a otras actividades no tan religiosas. Hay discrepancias acerca de quién fue el copartícipe, pero lo cierto es que, disimulado entre las opulentas vestiduras pontificales, algo iba creciendo en el interior de Juana. Con tanta sabiduría, nuestra papisa no supo calcular el tiempo de gestación, y el momento del parto la sorprendió en medio de una solemne procesión desde la basílica de San Pedro a San Juan de Letrán, en una calleja estrecha entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente. Si a ella la sorprendió podemos imaginarnos la estupefacción del público al ver al recién nacido en brazos del papa (nunca tan apropiado el título de papa).

Y ahí vuelven a dividirse las versiones. Hay quien dice que Juana falleció de parto, pero la versión más difundida es que en el acto fue encadenada por el pie a la cola de un caballo, arrastrada y lapidada por el pueblo durante media legua.

Pero aquí no termina la historia. Según varias fuentes, a partir del año 1000, y durante cinco siglos, se habría practicado una verificación del sexo de cada nuevo elegido al trono pontificio. Esta ceremonia se llevaba a cabo en el palacio de Letrán. Todos los nuevos papas eran invitados a sentarse sobre un trono de pórfido perforado bajo el cual se habría deslizado un diácono encargado de verificar la presencia de los atributos masculinos del candidato. Ante la prueba afirmativa, se pronunciaba la frase: testiculum habet et bene pendebant (“tiene testículos y cuelgan bien”) (con perdón). Este rito habría perdurado hasta la elección de León X, en 1513, La Iglesia niega, hoy día, que esta "verificación” tan poco digna se haya realizado. Sin embargo, numerosos testimonios dan crédito a esta situación.

La papisa llegó a ser un tema tan trascendente para la mentalidad medieval que en los alrededores del siglo XI fue incluida en el diseño del primer naipe que se dibujó en el mundo, el famosísimo Tarot. El naipe Tarot llamado de Marsella, que es el único diseñado auténticamente en el medioevo, incluye entre sus arcanos mayores el N° 2: la Papisa.

Otra costumbre que se mantuvo hasta la actualidad es que ninguna procesión ni recorrido papal transita por la calle profanada.

¿De dónde salió esta historia? Queda abierta la recepción de hipótesis. Personalmente, la atribuyo a la imaginación picaresca de los goliardos, movimiento de clérigos vagabundos y estudiantes pobres que proliferaron en Europa durante la Edad Media. La idea de Benedicto XVI alumbrando una criatura en una calle del Vaticano es tan ridícula que sólo se concibe como burla irreverente, y no como ataque a la Iglesia.
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Nota: Platina; Historia de los Papas (106)
“Papa Juan VIII: Juan, de origen inglés, era nacido en Mentz, y se dice que llegó al Papado por artes diabólicas, ya que, siendo mujer, se disfrazó de hombre y fue con su compañero -un hombre instruido- a Atenas, y realizó tales progresos en sabiduría bajo los doctores que allí había que, al llegar a Roma, encontró pocos que pudieran igualarla, y mucho menos sobrepasarla, incluso en el conocimiento de las Escrituras; por medio de su conocimiento, sus inteligentes lecturas y sus controversias, alcanzó tanto respeto y autoridad que, al acaecer la muerte de León (como dice Martin), de común acuerdo fue elegida Papa en su reemplazo. Yendo a la iglesia de Letrán, entre el Coliseo (llamado así por el Coloso de Nerón) y San Clemente, los dolores del parto la asaltaron, y murió en el lugar, tras haber permanecido dos años, un mes y cuatro días en el Pontificado, y fue enterrada allí sin pompa. Esta historia es conocida vulgarmente, aunque ha sido contada por autores inciertos y oscuros; por lo tanto, la he referido al desnudo y brevemente, para no parecer obstinado y pertinaz al admitir lo que generalmente se cuenta; prefiero equivocarme con el resto del mundo; aunque la verdad es que, lo que he contado, no puede considerarse enteramente increíble."
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¿Existió o no existió? Hasta al 31 de octubre.

Llave Tonal del Maestro Saint Germain

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